Columna: La mujer del millón de dólares

¿Qué haría usted, estimado lector, con un millón de dólares?

Digamos que, en un golpe de suerte, se saca la lotería y consigue esta fuerte (para muchos de nosotros) cantidad de recursos.

Dudo mucho que la mayoría de nosotros haríamos un buen uso de ese dinero. Seguramente, lo despilfarraríamos en bienes que no necesitamos.

Y una vez que esté por acabarse ese dinero, intentaríamos por todas las formas posibles de mantener nuestro caro y falso nivel de vida.

La riqueza, cuando no es fruto del esfuerzo, se convierte en un mal.

Así parece sucederle a la Gobernadora de Baja California y ex Alcaldesa de Mexicali.

Documentos del mismo gobierno indican que, al menos, la gobernadora ha gastado, cuando menos, medio millón de dólares en la rehabilitación de la Casa de Gobierno, ubicada en la Colonia Nueva de la capital del estado, donde viven familias de muy altos recursos.

Según la gobernadora, este inmueble ha sufrido daños severos debido al descuido de los anteriores gobernadores. Los últimos tres, que acumularon 14 años en el cargo, fueron originarios de Tijuana. Estos funcionarios vivieron principalmente en sus ciudades y dejaron al olvido la casa.

De hecho, el Senador convertido en Gobernador y vuelto a convertir en senador, Jaime Bonilla, buscó donar la Casa de Gobierno a la Universidad Autónoma de Baja California.

Los documentos, firmados por el Secretario de Infraestructura, Arturo Espinoza Jaramillo, indican que la Casa de Gobierno fue remodelada en prácticamente todos sus rincones. Recámaras, oficina, alberca y hasta el área de cocina registran una remodelación por valor de varios miles de pesos. Lo que el gobierno ha gastado en la renovación equivale a la compra de varias casas lujosas en fraccionamientos para personas con altos recursos en esta ciudad. Y si se compara con las pequeñas casas de los trabajadores, el resultado asciende a decenas.

Otros dos contratos, relacionados con la segunda etapa de remodelación de oficinas de gobierno, suman otro medio millón de dólares.

Los tres acuerdos que aparecen en la plataforma nacional de transparencia indican que las empresas fueron contratadas sin licitación pública. Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda de Baja California liberó los fondos para dicha reconstrucción el mismo día en que los contratos fueron asignados y firmados.

Además, en los documentos el secretario asegura que las obras llevarán a impulsar el desarrollo económico de Baja California. Sinceramente, yo no sé cómo.

Así mismo, el secretario afirma que las obras buscan también convertirse en proyectos de beneficio para la población. Nuevamente, lo dudo.

El problema de esta rehabilitación lo representa el hecho de que Marina del Pilar Avilla Olmeda proviene de un movimiento falsamente izquierdista cuyo objetivo es mejorar las condiciones de los más pobres. El líder político de este movimiento, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha lanzado la llamada iniciativa de Austeridad Republicana, por la cual se convoca a todos los funcionarios emanados de este partido a hacer buen uso del recurso público y vivir lo más humildemente posible.

Así, la narrativa de la también conocida como Cuarta Transformación se ha vuelto en un discurso hueco, falso, sin sustancia, que a pesar de las evidencias de corrupción, ineptitud y malos manejos, sin dejar a un lado el fracaso en el combate a la inseguridad, sigue fuerte entre la mayoría de la población. Incluso, las encuestas muestran que cualquiera que sea el candidato de Morena a la presidencia es casi seguro que gane en las elecciones de 2024.

Sin embargo, con decisiones como las de la rehabilitación de la Casa de Gobierno en el futuro próximo el partido de López Obrador se dirige a la derrota por el mismo mal que impactó a los gobiernos del PRI y del PAN: la soberbia.